Por: Édgar Mauricio Ferez Santander/ En los últimos años, se ha observado un cambio preocupante en el comportamiento de algunos sectores de la juventud, que bajo el argumento de la libertad de expresión y la defensa de las «nuevas derechas», han adoptado posturas que promueven la xenofobia y el racismo.
Este fenómeno no es exclusivo de una región en particular, sino que se ha expandido globalmente, impulsado en gran medida por el auge de las redes sociales y la influencia de figuras públicas que abogan por ideologías que, aunque se presentan como defensas de la libertad, en realidad refuerzan discursos de odio y discriminación.
El resurgimiento de estas ideologías tiene sus raíces en un contexto político y social marcado por la polarización y el descontento. La narrativa de la libertad, que en su esencia debería proteger la diversidad de opiniones, ha sido manipulada para justificar la intolerancia.
La retórica de la «libertad de expresión» se ha transformado en una herramienta para atacar a aquellos que son diferentes, ya sea por su origen étnico, su religión o su orientación sexual.
Un ejemplo claro de esta tendencia es el auge de movimientos que, bajo la bandera del «libertarismo», promueven una visión distorsionada de la sociedad en la que cualquier forma de regulación o intervención del Estado en cuestiones sociales es vista como una amenaza a la libertad individual.
Esta visión, aunque atractiva para muchos jóvenes que buscan una identidad política fuera de las corrientes tradicionales, es peligrosa porque ignora las consecuencias sociales de la desigualdad y la discriminación.
En la era digital, los jóvenes están expuestos a un flujo constante de información que no siempre proviene de fuentes confiables. Influencers y figuras mediáticas han encontrado en las plataformas digitales un espacio para difundir mensajes que apelan a los miedos y prejuicios latentes en la sociedad.
El discurso se articula en torno a la idea de que los derechos de las minorías y los inmigrantes son amenazas directas a las libertades de la mayoría. Esto ha llevado a la normalización de actitudes xenófobas y racistas, especialmente entre aquellos jóvenes que se sienten atraídos por el lenguaje transgresor y políticamente incorrecto de estos líderes de opinión.
El atractivo de las «nuevas derechas» radica en su capacidad para presentarse como la contracultura moderna, una especie de rebelión contra lo que consideran un establishment progresista que busca imponer una visión del mundo basada en el respeto a la diversidad y los derechos humanos. Sin embargo, esta «rebeldía» es en realidad una vuelta a ideas retrógradas que rechazan la pluralidad y fomentan el aislamiento cultural.
Las consecuencias de esta tendencia son profundas. En primer lugar, se ha observado un aumento en los incidentes de discriminación y violencia contra grupos minoritarios, justificados bajo el pretexto de la defensa de la «libertad de expresión». Además, este fenómeno ha creado una brecha generacional y social, en la que los jóvenes que adoptan estas ideologías se ven cada vez más desconectados de los valores de tolerancia y respeto que deberían ser la base de una sociedad democrática.
Es crucial que la sociedad, en su conjunto, reconozca y enfrente este problema. La educación y la sensibilización son herramientas fundamentales para contrarrestar el impacto de estos discursos de odio. Es necesario que se promueva un uso responsable de la libertad de expresión, uno que esté alineado con el respeto a los derechos humanos y la dignidad de todas las personas, independientemente de su origen o identidad.
En conclusión, el fenómeno de la xenofobia y el racismo entre los jóvenes, bajo el amparo de la libertad y las nuevas derechas, es una manifestación de un problema más amplio relacionado con la manipulación de discursos libertarios para justificar la intolerancia. La sociedad debe estar alerta y tomar medidas para asegurar que la libertad de expresión no se convierta en una excusa para la discriminación, sino en un pilar para la construcción de una convivencia pacífica y respetuosa.
…
*Historiador, Magíster de la Universidad de Murcia y Candidato a doctor en estudios migratorios Universidad de Granada-España.