Por: Javier Garcia Gelvez/ La informalidad laboral en Colombia es un fenómeno persistente que incide significativamente en el desarrollo económico y social del país, según los datos más recientes del DANE, más del 55% de los ocupados se encuentran en la informalidad, evidenciando una brecha considerable entre el sector formal y el informal; esta situación se traduce en una serie de desafíos que van desde la evasión tributaria y la precariedad laboral hasta la desigualdad y la baja productividad.
Las causas de la informalidad son multidimensionales y se relacionan con la estructura económica, el marco institucional y las características sociodemográficas de la población, entre los factores determinantes se destacan la debilidad del tejido empresarial, la escasez de capital humano calificado, la insuficiencia de la protección social y la informalidad en la economía.
La informalidad se concentra en sectores como el comercio, la agricultura y los servicios, y afecta de manera desproporcionada a los jóvenes, las mujeres y las poblaciones rurales.
Las consecuencias de la informalidad son diversas y de gran alcance, en primer lugar, la informalidad limita el crecimiento económico al reducir la inversión, la innovación y la productividad, en segundo lugar, genera una pérdida significativa de ingresos tributarios, lo que restringe la capacidad del Estado para financiar programas sociales y de desarrollo, en tercer lugar, contribuye a la desigualdad al generar mayores niveles de pobreza y vulnerabilidad social entre los trabajadores informales y finalmente, la informalidad dificulta la medición de la economía y la formulación de políticas públicas efectivas.
Para abordar el problema de la informalidad, se requiere una estrategia integral que combine acciones a corto, mediano y largo plazo; en el corto plazo, es necesario simplificar los trámites administrativos para la formalización de las empresas, reducir los costos de cumplimiento y ampliar el acceso al crédito, a mediano plazo, se debe fortalecer el sistema educativo y de capacitación para mejorar las habilidades de la fuerza laboral, y expandir la cobertura de la seguridad social y en el largo plazo, se requiere una transformación estructural de la economía que promueva la diversificación productiva y la generación de empleo de calidad.
El sector privado tiene un papel fundamental en la reducción de la informalidad, las empresas pueden contribuir a la formalización a través de la contratación de trabajadores informales convirtiéndolos en formales, además con el desarrollo de cadenas de suministro responsables y la inversión en programas de capacitación.
Los gremios (Acopi, Acoplásticos, Afidro, Analdex, Andi, Anif, Asobancaria, Camacol, Confecámaras, Fasecolda, Fedemetal, Fenalco, SAC, etc.) pueden jugar un papel clave en la promoción de buenas prácticas laborales y en la defensa de políticas públicas que favorezcan la formalización.
La informalidad laboral en Colombia es un fenómeno multifacético que presenta una serie de desafíos interconectados que obstaculizan el desarrollo económico y social del país.
Principales retos
Estructura productiva y sectorial: El predominio de actividades económicas de bajo valor agregado en el comercio y la agricultura, concentradas en micro y pequeños conglomerados, perpetúa la informalidad.
Marco institucional y regulatorio: La complejidad de los trámites para formalizar una empresa, sumado a un marco regulatorio laboral que en ocasiones resulta rígido y poco adaptable a las nuevas formas de trabajo, desincentiva la formalización; Además, la debilidad en la aplicación de las normas laborales facilita la evasión y la competencia desleal entre empresas formales e informales.
Capital humano: La baja calificación de la fuerza laboral, especialmente en zonas rurales y entre ciertos grupos poblacionales, limita el acceso a empleos formales que demandan mayores niveles de cualificación, la escasez de programas de capacitación y formación profesional agrava esta situación.
Acceso al financiamiento: Las empresas informales enfrentan dificultades para acceder a fuentes de financiamiento formales debido a la falta de garantías y a la percepción de mayor riesgo por parte de las entidades financieras.
Desigualdad regional: La informalidad se concentra en las regiones más pobres y con menor desarrollo, lo que profundiza las desigualdades regionales y dificulta la convergencia económica.
Cultura empresarial: La cultura empresarial en Colombia aún presenta desafíos, como la aversión al riesgo, la falta de confianza en las instituciones y la limitada visión de largo plazo, lo que inhibe el crecimiento de las empresas y la generación de empleo formal.
Economía digital: La rápida expansión de la economía digital plantea nuevos desafíos para la formalización, ya que muchas actividades económicas se realizan a través de plataformas digitales, lo que dificulta su regulación y fiscalización.
En síntesis, la erradicación de la informalidad laboral en Colombia es un proceso gradual y complejo que exige la articulación de esfuerzos entre el Estado, el sector privado y la sociedad civil, solo a través de una acción conjunta y sostenida se podrá construir un mercado laboral más justo, equitativo y productivo.
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*Contador Público, Especialista en Revisoría Fiscal y Magister en Gestión de la Tecnología Educativa.