Por: Juana Yolanda Bazán Achury/ Cuando pensamos en políticos mundiales modernos, traemos a la memoria a Joe Biden cuyo nombre de pila es Joseph Robinette Jr. el presidente 46 de los EEUU, da tristeza pensar que terminará su tarea política y su vida pública al final de este mandato, afectado por su evidente deterior cognitivo.
En materia política todas las posiciones deben ser respetadas, pero quienes creemos profundamente en la democracia y particularmente en la democracia Liberal, estamos convencidos que es un político de valía de profundado talante liberal, que durante su vida pública ha privilegiado el derecho de los ciudadanos a preservar las libertadas que han sido la respuesta a grandes luchas de la humanidad, así como el derecho a la igualdad ante la ley y ante la vida.
Comprometido con los pobres y marginados de su país, moderado en sus posiciones de política exterior no dudo, que le hará mucha falta a su país y al mundo particularmente en estos momentos de conflictos guerreristas y polarización mundial.
Lo anterior nos hace reflexionar, sobre lo efímero del poder, las vueltas de la vida y la fragilidad humana, parodiando a Darío Gómez, nadie es eterno en el mundo.
Tras haber sido muy joven concejal del condado de New Castle en el estado de Delaware, fue senado durante 36 años, siendo el senador más joven en su tiempo, luego vicepresidente de Barack Obama, para culminar su periplo político, como el presidente más longevo del país.
Estados Unidos de América como la primera potencia mundial, tiene un desafío muy grande en el próximo debate electoral, se verá avocada a escoger entre el candidato Donald Trump, del partido republicano que representa un verdadero peligro para el mundo y la humanidad o la posibilidad de la elección de la candidata del partido demócrata a la presidencia, de Kamala Devi Harris, ello sería el reconocimiento a Joe Biden, por sus luchas denonadas por mantener en el mundo un orden justo dentro de tantas dificultades y confrontaciones.
Si bien, durante los 20 años de senador de la República estadounidense como presidente del Comité de relaciones exteriores, trató de conciliar los temas globales con las otras potencias mundiales como China y Rusia especialmente, trabajando por el cambio climático, la defensa de los valores e ideales de la democracia liberal la cual profundizó a nivel interno y en el ámbito internacional; recompuso el sistema de alianzas que Donald Trump, había desarticulado con grave riesgo para el mundo al polarizar las relaciones exteriores.
Dentro de los temas que enfrentó con decisión para evitar mayores conflictos mundiales y para parar guerras interminables, vale la pena destacar la oposición al incremento de tropas en Afganistán, convirtiéndose en adalid de la paz, la intervención para desactivar el conflicto entre Libia y Siria, manejó con mucha diplomacia la amenaza nuclear de Irán, con el fin de detener su acelerado crecimiento, propugnó por el sostenimiento de un orden internacional basado en reglas y alianzas y no en confrontaciones.
En la última cumbre manifestó: “Podemos defender y defenderemos cada pulgada del territorio OTAN y lo haremos juntos. La OTAN siempre estará preparada para las amenazas que afronte”, añadió Bien, para quien ese compromiso hará que la Alianza sea más innovadora y competitiva y que sea capaz de producir equipamiento defensivo más crítico y con mayor rapidez”.
Para los países de Sudamérica y el Caribe, sus aportes fueron más importantes como vicepresidente de Barack Obama, qué como presidente, al lograr en el congreso una ayuda multimillonaria para responder a las primeras oleadas migratorias, jugando un papel muy importante en el proceso de paz que se adelantó en Colombia que culminó en el año 2016, con una posición de dialogo y concertación.
Las enfermades de orden cognitivo van apagando progresivamente la lucidez y el razonamiento, por lo que a veces se muestra confuso en sus opiniones y descolocado, lo cual es muy lamentable.
Sin embargo, deja un gran legado para a humanidad, pese a sus equivocaciones que sin duda las ha tenido, se ha tratado de un político coherente, respetuoso de las instituciones, como paladín.
Comprometido con la ideología que ha defendido desde su juventud, con una mente abierta, dispuesto a comprender las grandes transformaciones de su país y del mundo adecuando sus proyectos a los nuevos tiempos y necesidades.
Hará mucha falta a los estadounidenses y al mundo en general, para avanzar en la construcción de una sociedad que logre superar la confrontación y la guerra, que supere las amenazas nucleares, que deje de lado la constante vocación de dominación, que actúe de manera generosa con los más débiles, con los pobres y desvalidos, superando las diferencias económicas, sociales y culturales, de cara a la globalización, poniendo al servicio de la humanidad el poder económico de las potencias.
Un mundo, en el que se haga uso adecuado de la diplomacia para resolver los desacuerdos, dejando de lado la amenaza nuclear y el poderío militar, aprovechando los grandes avances tecnológicos globalizados para el logro de la igualdad y sostenibilidad del mundo en los diferentes aspectos.
El liberalismo político y democrático es un proceso en construcción al que hay que dotar de los instrumentos necesarios a la hora de empoderar las instituciones para que sea efectivo.
La grandeza y la humildad fueron de su mano, sin apetitos desaforados, respetuoso de las instituciones, solidario con el menesteroso y necesitado, será recordado por los que comprendieron su grandeza, quizá no ahora, la historia se encargará de ponerlo en su lugar.
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*Exrepresentante a la Cámara por Santander.