- La deforestación, contaminación, la extracción ilegal de madera, sobreexplotación, la variabilidad del cambio climático, entre otros riesgos latentes, deben llamar la atención del Gobierno Nacional, por lo cual es imperativo que active acciones efectivas de restauración y conservación.
La Defensoría del Pueblo llama la atención sobre la alta vulnerabilidad en la que están los manglares de varios departamentos costeros del país, ya que siguen enfrentándose a situaciones agudas de riesgo relacionadas con la deforestación, contaminación, cambio climático, extracción ilegal de madera, sobreexplotación, además de otras amenazas.
Colombia cuenta con un área en manglar de 290.704 hectáreas, de las cuales el 74,5% es del litoral Pacífico, el 25,5% está en la región Caribe y el 0,07% se encuentra en el litoral insular. Nariño, Cauca, Valle del Cauca, Chocó, Antioquia, Córdoba, Sucre, Bolívar, Magdalena, Atlántico, La Guajira y San Andrés, Providencia y Santa Catalina son los departamentos que cuentan con manglares. Nariño, Chocó y Magdalena reúnen el 85% del área cubierta de mangle en el territorio nacional.
La institución nacional de derechos humanos recordó que ese ecosistema vital juega un rol crucial en la mitigación de los impactos causados por la variabilidad y el cambio climático, especialmente ante eventos extremos como ciclones tropicales y huracanes, ya que actúa como barrera natural que protege las costas de la erosión y reduce la energía de las olas durante tormentas severas, así como también es un gran sumidero de carbono.
Por esas razones, en el Día Internacional de Defensa del Manglar, la Defensoría del Pueblo instó al Gobierno Nacional a proteger los manglares, considerando la variedad de servicios ecosistémicos que ofrecen y la biodiversidad que albergan. Su conservación es esencial, pues está intrínsecamente relacionada con el goce y disfrute de los derechos fundamentales y colectivos de las comunidades.
De la misma manera y basada en las proyecciones de pérdida de manglares a causa del cambio climático —elaboradas por las entidades del Sistema Nacional Ambiental—, recomendó darle prioridad a la restauración en las zonas costeras, con especial énfasis en La Guajira, Atlántico, Magdalena, Bolívar, Sucre, Córdoba y el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Como llamado adicional, consideró importante que las estrategias de restauración incluyan no solo la reforestación de áreas degradadas, sino también la protección contra actividades humanas destructivas. Así mismo, manifestó la Defensoría que es crucial establecer programas de vigilancia, monitoreo y control permanentes y sostenibles para asegurar la efectividad de las acciones de conservación y la adaptación a posibles cambios en las condiciones ambientales.