Por: Jhon F Mieles Rueda/ Muchos quedamos fascinados con la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Paris 2024 donde por primera vez en la historia, la ceremonia no tuvo lugar en un estadio, sino que se celebró en el corazón de la ciudad, a lo largo de su arteria principal, el rio Sena.
En esta ceremonia, las distintas delegaciones de deportistas de 204 países hicieron su presentación en barcazas saludando al público a la vez que se disfrutaban espectaculares shows musicales, culturales y audiovisuales teniendo de fondo, la espectacular silueta de la Torre Eiffel.
En vista que durante los próximos estaremos en modo #Paris2024 es acertado que demos una mirada a la historia de los Juegos Olímpicos, desde sus humildes comienzos en el Monte Olimpo hasta el evento globalizado y multimillonario que conocemos hoy, los Juegos Olímpicos han evolucionado de maneras sorprendentes reflejando los cambios sociales y tecnológicos de cada era.
Según la historia, los primeros Juegos Olímpicos se celebraron en 776 a.C. en la ciudad griega de Olimpia, dedicados a Zeus, el rey de los dioses. Estos juegos eran parte de un festival religioso y duraban cinco días, durante los cuales se celebraban diversas competiciones deportivas, que incluían carreras a pie, lucha y lanzamientos de disco y jabalina.
En estos primeros juegos, solo los hombres griegos libres podían participar, y se dice que competían desnudos, destacando la admiración griega por la belleza del cuerpo humano y la destreza atlética, esta tradición se fue manteniendo y fue evolucionando a través de los siglos.
Sin embargo, con la caída del Imperio Romano, los Juegos Olímpicos antiguos desaparecieron en el año 393 d.C. bajo el mandato del emperador Teodosio I, quien los prohibió por su conexión con el paganismo.
De esta manera, los juegos permanecieron en el olvido durante más de un milenio hasta que el barón Pierre de Coubertin los resucitó en el año 1896. Inspirado por el espíritu de la antigua Grecia y la necesidad de fomentar la paz y el entendimiento entre las naciones, De Coubertin organizó los primeros Juegos Olímpicos modernos en Atenas, Grecia, con 14 países y 241 atletas participantes.
La edición de 1900 en París introdujo la participación femenina y una mayor variedad de eventos deportivos, aunque estuvo marcada por la falta de organización. Los Juegos de 1904 en Saint Louis sufrieron por la lejanía y el escaso interés internacional.
Después de la interrupción debido a la Primera Guerra Mundial, los Juegos de Amberes 1920 y París 1924 vieron un crecimiento en el número de participantes y la inclusión de más deportes. La primera antorcha olímpica se encendió en los Juegos de Berlín 1936, los cuales también fueron notablemente utilizados como propaganda política por el régimen nazi.
Tras la Segunda Guerra Mundial, los Juegos de Londres 1948 simbolizaron un renacimiento y fueron los primeros en ser transmitidos por televisión.
Tokio 1964 marcó la primera vez que los Juegos se celebraron en Asia, introduciendo innovaciones tecnológicas como las transmisiones satelitales. México 1968 fue memorable tanto por sus logros deportivos como por las protestas políticas, incluyendo el famoso saludo del Poder Negro.
Los Juegos de Múnich 1972 están tristemente recordados por el ataque terrorista que resultó en la muerte de 11 miembros del equipo israelí. Montreal 1976, aunque exitosos en términos deportivos, dejaron a la ciudad con una considerable deuda financiera.
Ya en el nuevo milenio Sidney 2000 destacó por su espectacular ceremonia de apertura y una impecable organización. Atenas 2004, que volvió a la cuna de los Juegos, fue una celebración emotiva, aunque marcada por problemas financieros.
Beijing 2008 impresionó al mundo con su grandiosa ceremonia de apertura y la escala de su infraestructura, simbolizando la emergente potencia mundial de China. Londres 2012 se destacó por su enfoque en la sostenibilidad y la participación comunitaria.
Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, celebrados en 2021 debido a la pandemia de Covid-19, fueron únicos en muchos sentidos. Sin espectadores en las gradas, estrictas medidas de bioseguridad y la constante amenaza del virus, estos Juegos demostraron la resiliencia del espíritu olímpico.
A pesar de las dificultades, Tokio 2021 nos brindó momentos inolvidables de gloria deportiva y camaradería global, recordándonos que, incluso en los tiempos más oscuros, la humanidad puede unirse para celebrar lo mejor de nosotros mismos.
Y así llegamos a París 2024 donde estaremos viendo más de 10.500 atletas de 206 países compitiendo por el oro olímpico en 32 tipos de deporte, donde se destaca la participación de 89 deportistas colombianos que buscarán traer medallas al país y, por lo tanto, merecen todo nuestro apoyo.
El futuro de los Juegos Olímpicos promete ser tan dinámico y desafiante como su pasado. Con la tecnología avanzando a pasos agigantados, es probable que veamos innovaciones que transformen la forma en que los Juegos se organizan y se experimentan.
En resumen, los Juegos Olímpicos son más que una competencia deportiva; son un espejo de nuestra historia, nuestros valores y nuestra capacidad para soñar y alcanzar nuevas alturas. Desde el Monte Olimpo hasta la torre Eiffel 2024 y más allá, los Juegos Olímpicos continúan siendo una celebración del espíritu humano en su forma más pura y elevada.
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*Profesional Agroforestal, escritor y político local.
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