Por: Luis Carlos Heredia Ordoñez/ La gestión ambiental de la alcaldía ha sido ineficaz, como lo demuestra el fallido proyecto Vitalogic. Es crucial implementar estrategias de residuos cero, mejorar la educación ambiental y combatir la corrupción para garantizar un futuro sostenible.
Bucaramanga, conocida como «la Ciudad Bonita», enfrenta un desafío crucial que pone en riesgo su apodo: la gestión de residuos sólidos.
Este tema, aunque muchas veces subestimado, es central para el bienestar de los ciudadanos y la sostenibilidad de la región. La situación del relleno sanitario El Carrasco es emblemática de las problemáticas ambientales que aquejan a la ciudad y requiere una solución urgente basada en la gestión de residuos cero, la reutilización y el reciclaje.
El principal reto ambiental en Bucaramanga es la gestión de los residuos sólidos urbanos. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), la ciudad genera alrededor de 600 toneladas de residuos sólidos al día.
De estos, solo un pequeño porcentaje se recicla, mientras que la mayoría termina en el relleno sanitario El Carrasco, el cual ha sobrepasado su capacidad operativa.
La acumulación de residuos en El Carrasco no solo genera contaminación del suelo y del agua, sino que también emite gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático.
El manejo inadecuado de residuos y la falta de infraestructura para su tratamiento adecuado reflejan una planificación deficiente. La alcaldía ha mostrado una falta de compromiso para implementar estrategias de gestión ambiental sostenibles, lo que ha exacerbado la crisis en El Carrasco.
La falta de una gestión adecuada de residuos sólidos ha causado numerosos efectos negativos en Bucaramanga. La mala disposición de residuos ha llevado a la contaminación del aire debido a la quema ilegal de basura y a la descomposición de residuos orgánicos en el relleno sanitario.
Esto no solo afecta la calidad del aire, sino que también tiene implicaciones para la salud pública, causando enfermedades respiratorias y otros problemas de salud entre los ciudadanos. Además, la contaminación del Río de Oro es una consecuencia directa de la inadecuada disposición de residuos.
Los lixiviados provenientes del relleno sanitario y los desechos arrojados directamente al río han degradado significativamente la calidad del agua, afectando tanto la biodiversidad acuática como las comunidades humanas que dependen de este recurso.
La falta de una gestión adecuada de residuos sólidos ha causado numerosos efectos negativos en Bucaramanga. La mala disposición de residuos ha llevado a la contaminación del aire debido a la quema ilegal de basura y a la descomposición de residuos orgánicos en el relleno sanitario.
Esto no solo afecta la calidad del aire, sino que también tiene implicaciones para la salud pública, causando enfermedades respiratorias y otros problemas de salud entre los ciudadanos.
Además, la contaminación del Río de Oro es una consecuencia directa de la inadecuada disposición de residuos. Los lixiviados provenientes del relleno sanitario y los desechos arrojados directamente al río han degradado significativamente la calidad del agua, afectando tanto la biodiversidad acuática como las comunidades humanas que dependen de este recurso.
Históricamente, la falta de liderazgo ambiental en la gestión de residuos sólidos ha llevado a Bucaramanga a enfrentar graves problemas de contaminación.
La ausencia de políticas efectivas y la falta de infraestructura adecuada han resultado en una acumulación masiva de residuos, perjudicando el medio ambiente y la salud de los habitantes.
Esta inacción ha permitido que los desechos mal gestionados afecten negativamente los recursos naturales, exacerbando la crisis ambiental de la ciudad. Para revertir esta situación, es esencial implementar medidas concretas y sostenibles que aborden de manera integral los problemas derivados de la mala disposición de residuos sólidos, la contaminación del aire y la afectación de los cuerpos de agua.
Un ejemplo de la ineficacia de la administración es el proyecto Vitalogic, el cual prometía transformar los residuos en energía, pero terminó en un escándalo de corrupción que no solo desacreditó a la administración el ingeniero Rodolfo Hernández; que termino siendo populismo y un proceso ausente de ingeniería ambiental, que también retrasó la implementación de soluciones reales.
La gestión de residuos cero es una estrategia que busca reducir al mínimo la generación de residuos a través de la prevención, la reutilización, el reciclaje y la compostación.
Este enfoque no solo minimiza la cantidad de residuos que terminan en los rellenos sanitarios, sino que también promueve un ciclo de vida sostenible para los productos.
Implementar una política de residuos cero en Bucaramanga implicaría la creación de infraestructura adecuada para el reciclaje y la compostación, así como la promoción de la educación ambiental para que los ciudadanos adopten prácticas sostenibles.
Como ingeniero ambiental, propongo varias estrategias para mejorar la gestión de residuos en Bucaramanga. La implementación de un sistema integral de gestión de residuos incluye la construcción de plantas de reciclaje y compostaje, así como la promoción de la separación de residuos en la fuente.
Además, es crucial educar a la ciudadanía sobre la importancia de la gestión de residuos y cómo pueden contribuir, mediante programas de educación ambiental en escuelas y comunidades.
Crear incentivos económicos y normativos para promover el reciclaje entre los ciudadanos y las empresas también es vital, así como implementar y hacer cumplir normativas estrictas que obliguen a las empresas y a los ciudadanos a gestionar adecuadamente sus residuos.
La gestión ambiental de la alcaldía de Bucaramanga necesita un cambio radical y urgente. La crisis de residuos sólidos es un reflejo de la falta de planificación y compromiso de las autoridades municipales.
Sin embargo, existen oportunidades para transformar esta situación mediante la implementación de estrategias de residuos cero, la educación ambiental y la creación de infraestructura adecuada. La administración debe ser transparente en sus acciones y combatir la corrupción, implementando sistemas de auditoría y la participación ciudadana en la toma de decisiones.
Solo a través de un esfuerzo conjunto podremos asegurar un futuro sostenible para Bucaramanga, donde la gestión de residuos sea eficiente y respetuosa con el medio ambiente
Invitamos a los lectores de Corrillos a profundizar en estos temas, analizando críticamente las políticas ambientales y las acciones de la administración municipal. Es crucial que como ciudadanos nos informemos y exijamos medidas concretas y eficaces para mejorar la gestión ambiental en nuestra ciudad. La participación activa y el compromiso de todos son esenciales para lograr un cambio real y sostenible.
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*Tecnólogo ambiental, ingeniero ambiental.
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