Por: Luis Eduardo Jaimes Bautista/ Esta novela folletinesca que empecé a escribir y publicar en varios medios periodísticos, tiene un fin especial, motivado por los acontecimientos que se avecinan en la contienda electoral en la Provincia metropolitana de Bucaramanga.
Para construir este bestiario amparado en la imaginación comparativa de los animales que nos rodean y que son especies representativas en nuestra atribulada ciudad. Algunos son mansos, cariñosos, domesticados y otros agresivos, huraños, salvajes. No es un despropósito con mis lectores crear un malestar en la cultura política, sino todo lo contrario ver desde otro ángulo para educarlos y que despierten ante las determinaciones que vayan a tomar en la elección de sus representantes.
Consultado el oráculo de los dioses, el bestiario político, en la historia de los sabios, es una riquísima muestra metafórica que analiza la conducta humana, en su currículo vitae y su paso por la administración pública en cargos de elección popular y puestos desempeñados. Qué herencia y sangre llevan. Unos son de sangre RH O+, y otros RH O-. Resultado de sus buenas o malas intenciones, muy comparativa a la lista de animales a la cual los quiera clasificar.
Aunque es claro que en ellos se suele confundir los rasgos supuestamente propios de animales invocados con nuestras proyecciones antropológicas sobre las ambiciones o los deseos que les atribuimos. Eso explica también, sobre las ambiciones o los deseos que les atribuimos. inexplicablemente también en cierto modo que vaya cambiando con el tiempo el perfil que nos hacemos de la conducta de los zoo políticos, simplemente el hecho de que algunos dejen de ser relevantes o significados para expresar nuestra percepción de su vida social.
¿Qué buscan de la gobernanza y su inaceptable desequilibrio en el reparto del poder? Todos saben que esto es una pirámide. Abajo están los que colocan los votos, luego le siguen, quienes se hacen llamar los animales líderes, luego se paran los que manejan la plata y la logística y en el cenit, el animal rey o candidato. Su jaula es un blindaje, mientras no está repartiendo besos y abrazos. Su estilo es autista y autoritario.
La metáfora de los pájaros (toches) en las guayabas se ha agitado, durante este mes tendremos polémica política sobre los avales, muchos saben que buscan y se abanderan en un partido, así su principio filosóficos no tenga nada que ver con lo que se piensa. Desde la antigüedad han sido populares los bestiarios empleando a los animales como categorías morales. De ahí que muchos hablen de las ratas, las urracas y los camaleones, quienes buscan en los símiles del poder, los homos sapiens.
Empieza el debate. En Bucaramanga existe ya el Arca de Noé. Una paráfrasis inevitable, se puede llamar de la sequía o el diluvio. No hablo de los partidos políticos, porque ustedes muy bien los conocen. Solo esperamos quién paga mejor las encuestas.
La reconstrucción para mi ciudad, se precisa en la historia de esta diferencia antropológica entre el hombre y el animal. Un contexto filosófico que requiere la tela del juicio para deducir, hasta dónde puede llegar la compra de conciencias, con las mismas promesas que una población que gusta de los cargos burocráticos, amparados en los contratos.
Mientras en otro corral esperan que otro gallo cante. Porque en este espacio territorial, vivimos el espectáculos de los arrieros feudales, amparados en el nepotismo. Las familias por lazos consanguíneos que se hacen al poder y no lo quieren soltar. La plutocracia, el gobierno de los ricos, que buscan que sus inversiones no vayan inversamente proporcionales al patrocinio de las campañas. La Cleptocracia, el gobierno de los ladrones. Lo que impera en este municipio y el país. Una metamorfosis del zoo político que asusta a los verdaderos animales. El perro, el gato. Las víboras y las hienas, los gallinazos en este mundo salvaje.
Twitter: @LuisEduardoJB1