Por: Amparo Vásquez Borja/ Hoy, esta columna está dedicada a los colegas que, como yo, debemos enfrentar «un calvario» a la hora de ejercer la hermosa labor del litigio.
Soy Abogada egresada de la Universidad Cooperativa de Colombia, Seccional Barrancabermeja, orgullosamente Uceista y les hablaré de la realidad que vivimos los abogados litigantes.
Para aquellos que no saben qué significa «el litigio», la Real Academia Española lo define como: pleito, juicio, querella, demanda, discusión, pelea o disputa. Los abogados que nos dedicamos al litigio somos aquellos que prestamos nuestro servicio y asesoría legal, de manera particular, en el colosal mundo del derecho y sus diferentes especialidades.
Cuando alcanzas el título de abogado, crees que has culminado una gran meta, que pasaste las fronteras de ese valle, pero cuando ejerces tu carrera, te encuentras con la «universidad de la calle», donde aprendes lo que nadie te enseñó cuando eras estudiante y entiendes que en la vida profesional cada caso te hace un principiante.
El litigio no es para muchos abogados; requiere de mucho amor por la carrera y tintes de pragmatismo estoico, ya que, en el derecho, cada caso es diferente. Nada es perpetuo; las normas cambian día a día, el Congreso de la República modifica y quita leyes, la jurisprudencia deja precedentes, y el abogado debe estar al día con todos estos cambios en las leyes, que generan una situación desafiante y que… «Abogado que no se educa, abogado que caduca».
Actualmente, vivir solamente del ingreso del litigio es un calvario, ya que hasta un divorcio se está demorando más de un año; las audiencias se fijan entre seis meses y 365 días, y ni hablar del pago de títulos que es una situación bien tardía.
Debo hacer la aclaración de que hay uno que otro juzgado que, gracias a la buena administración del juez, trabajan de su lado.
Siempre he admirado a los abogados litigantes por la tenacidad y la inquebrantable dedicación que, a pesar del nefasto sistema de la rama judicial en Colombia, siguen persistiendo firmes al pie del cañón.
Aunado a todo lo anterior, como si fuera poco, el Consejo Superior de la Judicatura, el pasado 14 de mayo de 2024, se le dio por hacer cambios al portal web de la rama judicial, con la finalidad de acabar con la «obsolescencia tecnológica» y “mejorar la experiencia digital”.
Este cambio ha sido poco beneficioso, hizo que la justicia se moviera a pasos de tortuga invertida. Esta situación se convierte en una incertidumbre para nosotros, los abogados litigantes y ha desatado muchas críticas y reclamaciones por parte de accionantes, como asociaciones de abogados y hasta los sindicatos de trabajadores de la misma rama judicial, manifestando un sentimiento colectivo por las malas prácticas a la hora de implementar la nueva plataforma digital.
Los cambios tecnológicos traen traumas tanto individuales como organizacionales. De manera individual, a los abogados litigantes, estos cambios nos generan ansiedad y estrés por no estar familiarizados con este cambio y no tener el control de estar al día con nuestros procesos. De manera organizacional, al sistema de la rama judicial, en especial a los empleados, que se sienten inseguros sobre la capacidad de adaptarse a estos cambios y estos les genera preocupación y estrés laboral, por sentir que no tienen el control de sus tareas, que el sistema falla y no funciona como lo esperaban, lo que hace que todas las actuaciones procesales se ralenticen.
Aun así, quiero decirles a mis colegas, los valientes litigantes, que estamos pasando por esta gran tormenta, pero con esperanza y resiliencia, llegaremos, aunque lenta, a un puerto seguro con disciplina y mucha paciencia.
Aún escucho el susurro eterno de su ausencia, el consejo más valioso que me pudo dar el docente José Fernando Ruiz, cuando me decía… «Amparito, nunca dejes el litigio», palabras que causaron un impacto profundo en mi vida; incluso después de su partida, sus palabras son como un faro en la penumbra de los días más difíciles en esta profesión.
¡Colegas, sigamos en esta hermosa y ardua labor del litigio!
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*Abogada en Insolvencia Empresarial y Bienes Raíces. Especialista en derecho administrativo.
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Es realmente decepcionante el panorama del litigio en Colombia. Parecía que la virtualidad y el uso de la tecnologia traería grandes beneficios sobretodo con la celeridad en el trámite de los procesos, pero tristemente no ha sido asi. Ahora la demora es aun mayor. la desatencion absoluta. El litigante se encuentra sin herramientas para desarrollar en excelencia su trabajo y en consecuencia un país sin justicia para los ciudadanos de la calle.