Por: Holger Díaz Hernández/ “Si actúas como si algo fuera posible, acabara siéndolo”: Steve Jobs.
Desde tiempos inmemoriales la humanidad ha vivido obsesionada y temerosa por las implicaciones funestas que ocasiona la simple picadura de unos diminutos mosquitos, que infectan y matan más que cualquier otra causa en el planeta.
Se calcula que diariamente unos 100 billones de mosquitos revolotean en el mundo, con la excepción de la Antártida y algunas islas de la Polinesia Francesa, de estos, las hembras son las portadoras de aproximadamente unas 15 enfermedades consideradas entre las más letales que existen.
Los gobiernos del mundo gastan aproximadamente unos 11 mil de millones de dólares anualmente, en aerosoles, mosquiteros, viviendas saludables y en productos químicos y campañas que buscan disminuir el número de criaderos de los mismos, con resultados poco alentadores.
Las enfermedades que más trasmiten los mosquitos son la malaria (unas 600.000 muertes año), el dengue (400 millones de infectados y unas 40.000 muertes), el chikunguña, el virus del Nilo, la fiebre amarilla y el zika entre otros.
Cada año entre uno a dos millones de personas mueren en el mundo como consecuencia de las complicaciones de todas estas patologías vírales cuyos vectores son los mosquitos, muchas más de los que los humanos asesinan en el mismo lapso de tiempo, un poco más de 500.000.
Los animales a los que tenemos más miedo, matan a muchísimas menos personas anualmente, las serpientes a unos 50.000, los perros unos 25.000, los cocodrilos unos 1.000, los hipopótamos unos 500, los leones unos 100 y los tiburones que las películas nos han mostrado como los grandes depredadores, apenas llegan a unos 10.
Se considera que los mosquitos han sido la causa de la muerte de por lo menos un tercio de las personas han vivido sobre la faz de la tierra, unos 40.000 mil millones, durante los últimos diez mil años.
En nuestro país por su clima y topografía hemos sufrido las consecuencias principalmente del dengue (aedes aegypti) en las áreas urbanas y de la malaria (anopheles) en lo rural.
El gobierno nacional y las regiones invierten miles de millones de pesos en cada vigencia, utilizados en el control de los criaderos y en fumigaciones buscando evitar su multiplicación, además en la protección de las personas y sus hogares con muy poca efectividad.
En Santander en lo corrido del 2024 nos acercamos a los cinco mil casos de dengue, con unas 20 muertes por complicaciones del dengue hemorrágico, más de la mitad de estas en el área metropolitana, que con el inicio de las lluvias se multiplicarán.
Es claro que hay que cambiar la estrategia, lo utilizado está ahora ha demostrado ser un fracaso.
En Colombia existe una experiencia probada en Medellín, Bello e Itagüí, donde se combinaron ciencia, tecnología e innovación, se unieron la Universidad, el Gobierno y las entidades de Salud para introducir el Word Mosquito Program, método que ya había sido utilizado en Australia e Indonesia, liberaron en estos tres municipios millones de mosquitos infectados por una bacteria: “la Wolbachia spp”, que impide que los virus que causan estas enfermedades se reproduzcan, actúan no solo contra el dengue sino también contra el chikunguña, zika, fiebre amarilla y otros virus.
Éxito absoluto para 3.5 millones de habitantes del Valle del Aburra, la disminución del número de infectados desde el 2016 es del 97% en promedio y en el año 2023, los casos positivos no pasaron de un centenar.
Es el momento de aunar esfuerzos, aprovechando la estrategia de Acción Unificada que está siendo liderado por el gobierno del General Juvenal Díaz, para que con el apoyo económico y logístico de los Ministerios de Salud y de Ciencias, las Universidades regionales en cabeza de la UIS, los gobiernos municipales del área metropolitana, la empresa privada, los entes de salud y bajo la batuta del gobierno departamental, implementemos este proyecto “Wolbachia” de manera célere y efectiva, con lo cual se preservará la salud y la vida de miles de personas y se disminuirán además los costos que implica la atención de estas enfermedades que producen un impacto negativo muy grande en nuestra sociedad.
“En este mundo de cambios climáticos, migraciones y cada vez mayor complejidad, o aprendemos a convivir y a cooperar unos a otros, o desapareceremos”.
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*Médico cirujano y Magister en Administración.