En Colombia, se compran aproximadamente 5,3 millones de
galones diarios de Gasolina Corriente y 4,7 millones de galones diarios de
ACPM, en un mercado de $30,5 billones de pesos anuales.
La CGR sostiene que es cuestionable que siga incluyendo el
margen de continuidad dentro de la estructura de precios de los combustibles,
cuando a partir de la Ley 1118 de 2006 Ecopetrol (y posteriormente Cenit) debe
ser considerada más como una empresa privada.
Importaciones obligadas
Las metas de reducción de azufre en los combustibles pueden
encontrar una limitación en la capacidad de las refinerías colombianas, lo cual
obligaría a realizar importaciones con estándares acordes a los de la
legislación ambiental, situación que impacta los precios al consumidor y las
finanzas del país, señala un reciente estudio de la Contraloría General de la
República.
Asegura el análisis que los combustibles nacionales
producidos en las refinerías de Barrancabermeja y Cartagena hasta el momento
cubren las necesidades de Colombia, pero a
futuro, con los requerimientos de mejor calidad y posible incremento de demanda
por crecimiento de la economía, la importación de combustibles irá en aumento.
Considera el organismo de control que “Ante el avance en
materia ambiental respecto a la contaminación atmosférica de los combustibles
líquidos, se hace necesario revisar los estándares de calidad en Colombia,
aunado a la capacidad de refinación para cumplir con dichos estándares y el
costo fiscal que esto conlleva”.
Actores involucrados
Los actores involucrados en este tema son el Ministerio de
Minas y Energía, por tener a su cargo la política de precios de combustibles;
la CREG, por ser el ente técnico que hace la regulación de los precios; y el
Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, desde donde emanan las
políticas ambientales que inciden en la calidad que deben tener los
combustibles en Colombia. Y, adicionalmente, Ecopetrol como agente refinador
está involucrado por ser el autorizado para hacer importación de combustibles y
ajustar la calidad de aquellos que produce.
El documento de la Contraloría se centra en realizar una
“Evaluación y Análisis de la intermediación de combustibles líquidos en
Colombia, desde el mercado mayorista al consumidor final”. Y uno de los puntos
que mira es el cumplimiento de los lineamientos de política pública en materia
ambiental que se han dictado respecto a la contaminación atmosférica de los
combustibles líquidos.
Más estaciones de servicio
En cuanto al abastecimiento de combustibles líquidos se
destaca la multiplicación de las Estaciones de Servicio —EDS- en el país,
especialmente en los municipios considerados de libertad vigilada.
Según el análisis realizado por la Dirección de Estudios
Sectoriales de la Contraloría Delegada de Minas y Energía, el aumento de la
demanda de combustibles crea incentivos para la aparición de nuevas estaciones
de servicio como efectivamente ha ocurrido.
Sin embargo, la política diferenciada para la venta de
combustibles en Zonas de Frontera no ha alineado ese crecimiento con el tamaño
del mercado, pues ha aumentado el número de estaciones en una proporción mayor
al aumento de los volúmenes de combustible en esas regiones.
“Esto se traduce en una fuerte presión política para evitar
el desmonte de ese régimen pues muchas EDS de regiones fronterizas no podrían
competir. A pesar de lo anterior debe recordarse que tal régimen tiene un alto
costo fiscal y el Gobierno debe sopesar el mejor costo/beneficio de la
mencionada política”, indica el estudio.
Para la CGR, la política de combustibles en Zonas de
Frontera creó una distorsión en el mercado minorista. De especial atención es
Nariño, un mercado entre mediano y pequeño donde proliferaron las estaciones de
servicio si se compara con sus vecinos Valle del Cauca y Cauca.
Al hacer un análisis de aumento o disminución en la cantidad
de estaciones de servicio entre 2009 y 2019, se encontró que los departamentos
donde más aumentaron pertenecen principalmente a zonas de frontera y la región
Caribe.
Se destacan los departamentos de Guainía (aumento del 83%),
Chocó (54%), Nariño (51%), Norte de Santander (40%) y de la Costa departamentos
como Magdalena (53%), Bolívar (50%) y Sucre (49%).
Asignación de recursos
La Contraloría estima que la actual cadena de combustibles
provee una asignación adecuada de recursos y por lo tanto se puede considerar
eficiente, lo que no implica que no pueda ser mejorada y que el precio final
del combustible sea transparente en cada uno de sus componentes.
Sostiene que el mercado de combustibles en el país ha
funcionado correctamente, aunque no en todo el territorio, pues aún se tienen
problemas asociados a los cupos de combustibles en Zonas de Frontera y se
esperaría que con la crisis que vive Venezuela se pueda cerrar ese problema ya
que el contrabando parece no representar la amenaza que obligó a la creación de
ese régimen especial.
Se destaca también que los márgenes de intermediación son
acordes al papel y valor que los agentes (especialmente mayoristas y minoristas)
le dan al mercado de combustibles, sin embargo, el minorista ha podido aumentar
en mayor medida su margen en comparación con el mayorista.
Volúmenes de combustibles
Según la Contraloría, en estaciones de servicio se compran
aproximadamente 5,3 millones de galones diarios de Gasolina Corriente y 4,7
millones de galones diarios de ACPM.
Hasta hace poco se consumía más ACPM que Gasolina porque el
precio del primero era mucho menor que el segundo lo que provocó una diselización
del parque automotor, sin embargo, desde 2015 esta tendencia se revirtió y
actualmente el producto más vendido es la gasolina corriente.
En términos volumétricos la gasolina extra representa solo
el 2,9% del total de gasolinas.
Con los volúmenes de compra descritos se puede calcular que
el mercado de combustibles a nivel minorista en el país es de $30,5 billones de
pesos anuales, repartidos en 52,8% Gasolina ($16,07 billones) y 47.2% ACPM
($14,36 billones) sin incluir otros combustibles como Diesel Marino o Gasolina
Extra.
Precios de los combustibles
La Contraloría hizo con este estudio una revisión a los
márgenes de intermediación de los combustibles líquidos en el país.
Se conceptuó sobre los componentes que rigen los precios de
los combustibles desde el Distribuidor Mayorista al Consumidor Final.
Se determinó que, del precio final de gasolina corriente,
54% es para el refinador; 25% son impuestos y el 21% restante es para los
intermediarios (mayoristas, minoristas y transporte).
Mientras tanto, en el precio final del ACPM, 64% es para el
refinador; 15% son impuestos y el 21% restante es para los intermediarios
(Mayoristas, minoristas y transporte).
También
se revisó la gestión de la CREG en la metodología que se utiliza para la determinación
de dichos márgenes.